Realmente había olvidado lo increíblemente hermosa que es esta película. Esta es la tercera vez que la veo, y sinceramente, no hace más que mejorar con cada visionado.

Carol es verdaderamente magnífica en todos los aspectos. Uno de los ámbitos que no deja de sorprenderme es la brillante dirección, al igual que la hermosa fotografía. Tomas y planos generalmente convencionales que no parecen tratar de impresionar, pero vaya que lo hacen, o al menos a mí me cautivan de tal forma. Estética y musicalmente es realmente exquisita, la delicada banda sonora de Carter Burwell se ha convertido sin duda alguna en una de mis favoritas.

Las actuaciones de Cate Blanchett y Rooney Mara me parecen perfectas en cada escena. Blanchett personifica la elegancia de su personaje con maestría, mientras Rooney no se queda atrás al interpretar a la chica frágil que aún se está encontrando a sí misma. Sinceramente no podría pensar en mejores elecciones para cada papel.

Tengo que decir que la primera vez que vi esta película, a pesar de todo, me pareció un poco simple la historia. Y en parte lo es, pero también es mucho más que la sencillez que quizá evoque su trama a simple vista. Carol es una película que llega hasta los más intrínsecos deseos y anhelos personales.

Se trata de una película de detalles, muy bien cuidados además, donde hasta la sonrisa y la mirada más breve, o el gesto más ligero es algo realmente significativo. Y ese es sin duda uno de sus puntos más característicos, y los que hacen de Carol, la magnífica película que es.

Una pieza verdaderamente sutil y encantadora. Sin duda una película que podría ver un millón de veces y que, probablemente, pronto termine de darle el último pedacito de rating que le falta.